¡Hola de nuevo!
Hoy
os hablaré sobre el informe Bernat Soria (ex-ministro de sanidad), en el cual
se hace un estudio (en teoría objetivo) sobre la importancia de la
participación de la Industria Farmacéutica en el Sistema Nacional de Salud.
El
señor Bernat Soria nos hace hincapié en que su estudio pretende basarse en tres
pilares fundamentales:
a. Participación
en este informe de todos los agentes que forman parte del SNS (pacientes,
personal sanitario, farmacéuticos…).
b. Independencia,
libertad y autonomía de expresión de los que colaboren en la elaboración de
este informe.
c. Difusión
de los resultados obtenidos, esto es hacer un esfuerzo comunicador de las
conclusiones, algo de lo que tal vez adolecían informes anteriores como el
Abril Martolell (90), Moya-Angeler (08) o Villardell (10).
Bueno
pues os diré que mi impresión tras leer el segundo capítulo del susodicho
informe del profesor Bernat, hace que aflore en mí una visión crítica acerca de
lo presuntuoso y en mi opinión nada objetivo dossier que este Catedrático
intenta exponernos. ¿Por qué, os preguntareis?...
-
Ya nos lo plantea la simple lectura de los
objetivos de su estudio: “recomendaciones sobre el papel que la industria
farmacéutica juega en la sostenibilidad y calidad del Sistema Nacional de Salud”.
¿Es
qué acaso se desmoronaría nuestro SNS
sin la participación de las Industrias Farmaceúticas?.
-
Os habréis dado cuenta de que el promotor
de este estudio es una de las grandes Farmacéuticas, Abott, que junto con
Bayer, Roche, Pfizzer… ¿es que acaso abogarían por una total objetividad en
dicho estudio? Yo tampoco lo creo.
En
un tercer capítulo nos habla del SNS Español. Es tal vez la única parte de este
informe que me merece una cierta credibilidad, puesto que se basa en datos y
estadísticas, que podemos encontrar en cualquier ranking Internacional
redactado por entidades como la OMS o similares, donde se nos presenta un país
en el que, pese a que su inversión sanitaria este por debajo de la media
europea, se consiguen indicadores de calidad superiores a otros países cuya
inversión en esta materia es mayor (entre el quinto y séptimo más eficiente de
los países desarrollados).
En
el penúltimo apartado nos hace una reseña de la imagen que tiene de la
Industria Farmacéutica la sociedad española.
Veo
que no se priva precisamente el autor del informe en elogios al hablarnos de
una industria líder en I+D+i; competitiva en los mercados internacionales;
generadora de empleo tanto directos como indirectos… aunque también hace alusión
a la imagen carente de transparencia que proyecta este sector en la sociedad,
pese a que se queja de una fuerte legislación existente.
Opino
que es muy pretenciosa la petición de que se formen alianzas con la Industria
Farmacéutica, para que ésta sea un componente más de la Sanidad Española, implicándose
incluso en las decisiones del SNS.
Por
último, en las conclusiones de este estudio, se pretende:
-
Mejorar la coordinación entre industria, distribución
y farmacia. -
Reforzar el sector farmacéutico en I+D+i
(aumentar investigación enfermedades raras, crónicas…).
-
Fomentar la formación en materia sanitaria
(paciente, asociaciones de pacientes y profesionales sanitarios).
-
Participacion en programas de medicina
preventiva.
En
síntesis, por un lado, el informe no me parece para nada objetivo sino que por
el contrario tiene un gran componente de subjetividad, lo cual no es extraño
teniendo en cuenta que el promotor del estudio es una Industria Farmacéutica
muy importante. Tampoco me convence que estas industrias se quieran involucrar
en la prevención de la salud, ya que el objetivo principal de este aspecto es
evitar que los pacientes enfermen, y si no enferman ¿qué beneficio sacarán?.
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VIÑETA |
Para
mí, a pesar de que este informe pretende “poner a la Industria Farmacéutica
cómo la buena de la película que quiere mejorar nuestro Sistema de Salud”, ésta
no es más que una industria enfocada a la obtención de beneficios económicos
que pretende rentabilizar al máximo la inversión que realizan en la investigación
y desarrollo de fármacos.
En
lugar de obtener tantos beneficios económicos pienso que deberían interesarse
más en disminuir el tiempo de duración de las patentes de los medicamentos y
así favorecer la producción de genéricos,
que en mi opinión, en plena crisis, será más viable para todos los pacientes, que
como en el texto se cita, componen el centro del sistema.
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